18/12/12

Esas conversaciones que comienzan en la madrugada y te hacen (re) considerar lo que habías dejado en el baúl de los recuerdos y asuntos pendientes. Baúl cerrado con siete llaves, seis de las cuales estaban perdidas. Baúl lleno de polvo, que ni el mejor trapo lograría sacarle la mugre pegada a a madera podrida. Baúl, baúl, dulce baúl.

Gracias, señorita K. 

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