15/12/09

Lejos estamos mejoR

Un día jueves 14 de febrero, eran las 11.30am.. "dos años" fue lo primero que pensé, cuando vi la hora en el reloj de la pared. "Creo que llegó el momento". Me paré del sofá, en el cual había permanecido casi 2 días, y mientras caminaba hacia mi habitación, tomé un lápiz y un papel:
"Querido, dos años han pasado desde que te conocí, muchos momentos hemos vivido juntos, pero creo que ya no habrán más. Me cansé de todo, aún más de este último tiempo. Quizás quién sabe lo que has estado haciendo. Deberías estar en casa hace media hora, pero nada.. hace tres días que ya no sé nada de tí. Lo último que recuerdo fue "¡no quiero estar más contigo!", y un portazo que ha estado en mi mente todo el tiempo. Quizás era lo que tenía que pasar, y pasó. Te quise mucho, te quiero mucho, y te querré por siempre. Cuando estés leyendo esta nota, yo ya me habré ido. Cuídate, y cuida a nuestra pequeña hija de 2 años; dale toda la felicidad que puedas, regálale esos muñequitos que juntos compramos porque son sus favoritos. En fin, el tiempo se me acaba.. me quedan solo 2 minutos más. Hoy y siempre junto a tí". Dejé el papel sobre la mesa del pasillo; llegué a mi habitación.. la observé por última vez. Abrí mi velador, saqué las pastillas, y me tomé todo el frasco. De repente, cuando todo se estaba nublando, siento unas manitos que tiran de mi brazo "¡mami, mami! ¡papi ya llegó!". Era mi hija.. mi pequeña hija. Abrí un poco los ojos para mirarla por última vez, y ahí estaba ella.. con sus rizos de oro, sus ojitos brillosos y su carita tan linda. Cerré los ojos para descansar, pensé "no puedo abandonarla ahora", e intenté abrirlos nuevamente, pero algo me impedía hacerlo; luché y luché, pero todo fue en vano. De repente, ya no se oía su vocecita, no sentía sus manitos sobre mi brazo: estaba muerta.