Ésta la escribí cuando quedaba poco para salir del colegio, para dar la PSU, y para ver temas de Universidades.
Una mochila que comenzó vacía y hoy, a pocos días de terminar este camino, tengo que cerrarla a presión. Tantas son las cosas que guardo dentro: recuerdos, valores, personas, triunfos, derrotas, alegrías, rabietas.. y más, mucho más. Catorce años han sido pocos para todo lo que he vivido en ellos. Una formación increíble he recibido durante este camino que, aunque parezca largo, no lo es.. más bien, es bastante corto. Es como si fuese ayer cuando recién lo comencé, y llegué a aventurarme a la sala del Pre Kínder B, conociendo a unos pequeños iguales que yo, aventurándose con alegría -bueno, no faltan los que lloraban por tener que alejarse de sus papás-. Y hoy, de esos pequeños no me quiero alejar. De ese mundo que ha cuidado íntegramente de mí durante catorce años, que ha soportado todo de mí y aprendió a conocerme, hasta llegó a quererme. El cariño es tremendo. Tristeza siento al tener que abandonar, en muy pocos días ya, este lugar. Dejar de ver a esos pequeños -con quienes crecí- todos los días, compartir con ellos. Dejar se ver a esos profesores que tanto han dejado en mí, a esos auxiliares que te recuerdan cuando eras pequeñita. Dejar ese lugar que me vio crecer.. ¡qué pena! ¿Y mi mochila? Seguirá siempre presente. Jamás dejaré de usarla. Ahora solo queda esperar, y aprovechar este poquito tiempo que queda. Así es, poquito tiempo queda.. para comenzar a usar mi nueva mochila, y cargarla junto a la que dejo atrás.
